Julio Aparicio Díaz nació en Sevilla el día 4 de enero de 1969. Hijo del gran Julio Aparicio y la bailaora Maleni Díaz, pronto se despertará en él una clara vocación taurina.
Su debut con picadores tiene lugar en Gandía (Valencia), el día 8 de febrero de 1987. Sus compañeros de cartel eran Fernando Lozano y Gregorio de Jesús, quienes lidiaron novillos de la ganadería de El Torreón.
Dos años más tarde, el día 16 de julio de 1989, se presenta en la plaza de toros de Las Ventas. Se trata de una corrida mixta en la que comparte cartel con Curro Vázquez. Se lidiaron reses de Torrestrella. El primer novillo lidiado por el joven novillero tenía por nombre “Merenguito”.
El día 15 de abril de 1990 toma la alternativa en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. El cartel estaba formado por Curro Romero, que ejerció de padrino y Juan Antonio Ruiz “Espartaco”, que hizo las labores de testigo. Los toros pertenecieron a la ganadería de Torrealta. El toro de la ceremonia tenía por nombre “Rompelunas”, de 521 kilos.
Su debut en Francia se produce el 16 de mayo de 1991. Frente a toros de Sánchez Dalp se anunció junto a Curro Vazquez y Emilio Muñoz. Su primer toro en el país vecino tenía por nombre “Jilguero”.
No resultaron fáciles los comienzos para el diestro sevillano, quien no confirmó su alternativa en la plaza de toros de Las Ventas hasta el 18 de mayo de 1994, compartiendo cartel con José Ortega Cano y Jesús Janeiro “Jesulín de Ubrique”, quienes se anunciaban frente a toros de Manolo González y Alcurrucén.
En el quinto toro de la tarde, Julio Aparicio realizó la faena de su vida a “Cañego”, perteneciente a la ganadería de Alcurrucén. Después de dar un par de pases de tanteo, el diestro echó a correr hacia el centro del ruedo y allí comenzó su más bella obra. Realizó un toreo puro, hondo, de inspiración, de arrebato, de temple, de duende, de magia, de pellizo, de fantasía, de sentimiento y de raza. El diestro salía llorando de la cara del toro después de cada tanda. Madrid estaba a sus pies. Tras pasaportarlo de una estocada, el diestro, desfondado, se sentó llorando sobre las tablas. Las dos orejas conseguidas a ley le consagraban como artista y como figura del toreo.
Su confirmación de alternativa en la plaza de toros de México se produce el 13 de noviembre de 1994, junto a Jorge Gutierrez y Manolo Mejia, que lidiaron toros de Xajay.
A partir de ese momento empieza a anunciarse en todas las ferias de España y Francia, pero como torero de arte, no siempre surge la inspiración en el momento adecuado. Empiezan a sucederse discretas y malas actuaciones, es por ello que el día 4 de junio de 1998 anuncia su retirada de los ruedos, a los que volverá en la temporada del 2000, concretamente el día 15 de marzo, en la plaza de toros de Fitero junto a José María Manzanares y Juan Bautista, para lidiar toros de Carmen Segovia.
Durante los años sucesivos actúa fundamentalmente en festivales, con la intención de poco a poco ir recuperando el sitio y la forma física perdida, para volver a las grandes plazas que le vieron triunfar en sus primeros años de carrera. Durante los últimos años ha vuelto al circuito de las grandes ferias, donde ha cuajado importantes faenas en plazas como Barcelona, Madrid, Alicante, Nimes, Granada o Valencia. Es precisamente en esta etapa cuando ha recibido mayor número de percances, pues el 23 de marzo de 2008, Domingo de Resurrección, anunciándose en Las Ventas junto a Morante de la Puebla y Miguel Ángel Perera, recibe una grave cornada en el tercio superior del muslo izquierdo con una trayectoria de 25 centímetros que causa importantes destrozos. También en la plaza de Las Ventas recibe una impresionante cornada el día 21 de mayo de 2010, cuando un toro de Juan Pedro Domecq le penetró por el cuello encontrando en la boca del diestro el orificio de salida. Se anunciaba junto a Morante de la Puebla y “El Cid”.
Julio Aparicio ha sabido combinar durante los últimos años su arte con la regularidad y la solidez, convirtiéndole en uno de los diestros más esperados del escalafón.